La última crónica publicada me ha servido como enseñanza. Aunque el entusiasmo te embriague, no está de más ser sumarial en ocasiones. En las dos semanas en Sumatra he reunido anécdotas suficientes para amenizar varias reuniones con amigos, sin embargo, extender más el relato habría sido pecar de autocelebración.
 |
Torres Petronas. Foto obligada en Kuala Lumpur |
A pesar de todo, en este momento, desde el aeropuerto de Gatwick, Londres, casi al final de mi recorrido, agradezco haber reservado unos minutos diarios para la escritura durante el primer tramo del viaje. Ahora, puedo reconfirmar que los kilómetros y las anécdotas siguen una progresión geométrica, a medida que cambias de destino los episodios dignos de mención se multiplican.