En este blog se ofrecen algunas experiencias personales y con amigos de diferentes viajes, tanto transoceánicos como de un solo día. Y es que para viajar no hay que sacar ningún billete de avión, a veces a 5 kilómetros de tu casa existen terrenos inexplorados que siempre guardarás en el recuerdo.

miércoles, 24 de julio de 2013

¡Silencio! Esto es Alemania


Con la burguesa novedad de facturar una maleta en lugar de una tabla de surf, hoy, 7 de julio, inauguro un nuevo episodio de esta comprometida o vanidosa misión(según se mire) de reflejar mis vivencias viajeras. Desde la llegada al aeropuerto de salida, nuestra impresión es que el intercambio de pasajeros Alicante-Nuremberg no es demasiado simbiótico. En efecto, apenas un grupo de cuatro o cinco chicas españolas ocupan asiento en este vuelo.

Maletas en mano y con el metro hasta nuestro alojamiento localizado, nos encaminamos a nuestra residencia. En el trayecto, un señor mayor nos observa durante unos minutos y no perdona sus ganas de preguntarnos lo que ya daba por hecho:
- ¿Sois españoles?

sábado, 6 de julio de 2013

El regreso de los cuadernos: tras el Telón de Acero


Hoy, hace justo un año estrenaba mi cuaderno de ruta. Por entonces, mis sensaciones antes de partir eran algo extrañas. Era la primera vez que me embarcaba en una experiencia así en modo cada uno con su pellejo y, aunque trataba de no darle mucha importancia, la realidad es que la incertidumbre tamboreaba en mí a un ritmo que competía con las sistólicas contracciones de mi corazón.

365 días más tarde, tras un letargo justificado no por ausencia de episodios sino por frágilidad de voluntad, rescato del olvido a mi compañero de peripecias para esta nueva singladura. En esta ocasión, el escenario es menos idílico y ensoñador, pero estoy seguro de que unas semanas caminando por el corazón de la vieja Europa dejarán algunas líneas grabadas en este cartapacio.