En este blog se ofrecen algunas experiencias personales y con amigos de diferentes viajes, tanto transoceánicos como de un solo día. Y es que para viajar no hay que sacar ningún billete de avión, a veces a 5 kilómetros de tu casa existen terrenos inexplorados que siempre guardarás en el recuerdo.

sábado, 6 de julio de 2013

El regreso de los cuadernos: tras el Telón de Acero


Hoy, hace justo un año estrenaba mi cuaderno de ruta. Por entonces, mis sensaciones antes de partir eran algo extrañas. Era la primera vez que me embarcaba en una experiencia así en modo cada uno con su pellejo y, aunque trataba de no darle mucha importancia, la realidad es que la incertidumbre tamboreaba en mí a un ritmo que competía con las sistólicas contracciones de mi corazón.

365 días más tarde, tras un letargo justificado no por ausencia de episodios sino por frágilidad de voluntad, rescato del olvido a mi compañero de peripecias para esta nueva singladura. En esta ocasión, el escenario es menos idílico y ensoñador, pero estoy seguro de que unas semanas caminando por el corazón de la vieja Europa dejarán algunas líneas grabadas en este cartapacio.

El muro de Berlín, la Guerra Fría, el Pacto de Varsovia, las potencias del eje, el bloque comunista son binomios que sonaban día sí y al siguiente también durante buena parte de nuestra infancia aludiendo a lo que se llamó el Telón de Acero o la Cortina de Hierro, término acuñado por Goebbels pero popularizado por aquel genio fumador de puros, sir Winston Churchill cuando dijo:

"Desde Stettin, en el Báltico, a Trieste, en el Adriático, ha caído sobre el continente (Europa) un telón de acero"

Pero, ¿qué era realmente el Telón de Acero? Aunque la mayoría lo asociaba con la frontera física entre las dos Europas era más bien una frontera ideológica que distinguía dos formas de pensar: el congelador intelectual de los países del Este frente a la maquinaria capitalista controlada por la emergente primera potencia norteamericana.

Mi compromiso con este cuaderno me obliga a moverme con los ojos bien abiertos, tratar de reflejar una realidad más allá de la que transmite la fotografía, y no perder una oportunidad histórica de conocer cómo piensa el mundo, respetar la prioridad de escuchar antes de opinar y de observar antes de contar, no vaya a ser que extinguido ya el Pacto de Varsovia aún sigamos viviendo bajo el Telón de Acero.

Marco Polo de Bolsa

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