Llegaba la hora de despedirse de Chiang Mai. A pesa
r de la
sofocante humedad, mi primer destino en Asia me había recibido con una sonrisa tan agradable que ya incluso estaba cayendo aletargado de relajación. Pero, como mi amigo Lucho me explicó con una divertida metáfora extraída de
El Señor de los Anillos, a veces hay que agitarse a uno mismo y reaccionar, porque acostumbrarse a lo fácil te impide perseguir tus objetivos.
Y mi siguiente objetivo me dirigía a Laos, concretamente a la ciudad de Luang Prabang.
A pesar de que la distancia en el mapa hasta la frontera no es mucha, apenas la misma que de Málaga a Tarifa, el tiempo para recorrer serían casi 6 horas. Con este apunte anotado, a las 10 de la mañana pasaba la furgo de la agencia a recogerme. Por suerte era el ultimo pasajero y me tocó ir delante y con ventanilla, todo un lujo.
 |
Templo Blanco, próximo a Chiang Rai |
Mis sensaciones en este trayecto me trajeron a la mente las imágenes tantas veces repetidas en el cine y la de los largos viajes en caravana y la filosofía con que afrontaban la travesía aquellos pasajeros que cruzaban de este a oeste los EEUU. Así, compartiendo experiencias y próximos desafíos como aquellos pioneros de la América indómita, consumí yo mi viaje junto a mi compañero de asiento, un chaval alemán, estudiante de ingeniería, que se dirigía a China en un largo trayecto hacia Xian para ver los soldados de terracota.
En ese tiempo tuvimos dos paradas. Una para el almuerzo y otra en el Templo Blanco, un wat (edificio de culto budista) impresionante como se puede observar a la izda.
 |
Manos que se elevan en un ruego por la reencarnación de las almas |
|
|
Finalmente, llegamos a nuestro destino final por este día, Chiang Khong, último paso antes de Laos.
Allí, me despedí de Lukas, el ingeniero alemán que continuaba por tierra y me hospedaba junto con los demás pasajeros que harían el recorrido en bote al día siguiente.
Entre estos, conecté de inmediato con dos chicos franceses de 20 años, que para que los podáis imaginar, son la versión gala de los de
Colega, donde está mi coche (con Ashton Kutcher y Stiffler de American Pie).
No contaré mucho mas por hoy, pues mi periplo junto a mis nuevos compañeros continúa y tiempo habrá de contar alguna de las suyas.
 |
Entrada al Hotel Nhom Khong |
 |
Vista exterior de las cabañas |
 |
Bote de popa larga utilizado para el transporte de mercancias a uno y otro lado de la frontera. Río Mekong, frontera Lao-tailandesa |
Ya me he puesto al día. Al leer lo de Colega, pensaba que eran de los Colegas auténticos. Como siempre, tuviste la flor en el culo para sentarte solo.
ResponderEliminarDiviértete Sr. Kaplant